Y no hay porqué tener miedo al miedo, es una emoción más, inherente al ser humano y a los animales.
El miedo es un resorte que moviliza al cerebro, lo pone en alerta y, de esta manera, le mueve a la acción. Esa acción necesaria para enfrentarlo. Sin la sensación de miedo, no habría lugar para la repuesta y la acción.
El problema viene cuando el miedo nos paraliza y nos bloquea, de tal forma, que no somos capaces de tomar la acción necesaria para salir sanos y salvos de esa situación que nos perturba.
Ese miedo necesita saber gestionarse y el mejor camino para ello es la de contar con la ayuda de un profesional y el apoyo de nuestros seres queridos.
Porque hay un miedo sano, natural, necesario para sobrevivir y un miedo que obedece a un trastorno emocional o psicológico.
En este último caso, se denomina fobia que no es otra cosa que un miedo desproporcionado hacia algo, ya sea inanimado o no. Hay algunas fobias muy conocidas, aerofobia, xenofobia, claustrofobia, pero también hay otras más raras que, la mayoría, seguro desconoce.
Entre las más extrañas están la xantofobia (miedo al color amarillo), retterofobia (miedo a no escribir de la forma correcta un mensaje), nomofobia (miedo a dejarse olvidado el móvil), crematofobia (miedo al dinero)...
Y así, podríamos estar enumerando, largo y tendido, las fobias más raras. Pero, vamos a fijarnos en la última, crematofobia o miedo al dinero. Y, en esta ocasión, vamos a añadirle un gesto cómico a esta fobia en concreto.
Dicen que para combatir el miedo a algo, hay que enfrentarlo, pues bien, vamos a enfrentarnos al miedo al dinero. Y ¿cómo? de una forma muy sencilla y con una finalidad gratificante. P
edimos unos créditos de 300 euros rápidos, no sin antes cerciorarnos de que podemos devolverlo sin problema, lo último que necesitamos es agravar nuestra situación financiera. De todos modos, se trata de una cantidad pequeña, por ejemplo, solicitamos 300 €.
A continuación, tocaremos ese dinero que tanto miedo nos da y, acto seguido, lo vamos a hacer desaparecer. Y ¿cómo? sencillamente reservando plaza para una cena romántica en un restaurante de lujo, 5 tenedores como mínimo.
De esta manera, el dinero lo hemos empleado en una sorpresa especial para nuestra pareja y que también aprovechamos nosotros, dicho sea de paso. Veremos, de esta manera tan sencilla y rápida, como el dinero es bueno y no tiene porqué darnos miedo, todo lo contrario.
Los préstamos en el acto nos han servido para ver el dinero como un bien material que viene y va y, cuya finalidad no es otra, que la de satisfacer nuestros caprichos, sueños, además de nuestro sustento y facturas varias.
Eso sí, vamos a pedir esa pequeña cantidad de dinero con cabeza, sabiendo que podemos afrontar su devolución, sin dificultades. En el caso de los préstamos rápidos online, el coste total a pagar no es alto, simplemente, porque las cantidades son pequeñas y a corto plazo.