Algunos definen al Troll como nefasto, otros como instrumentos, ambos parecen posibles.
Como todos saben, y ya he comentado anteriormente las Web 2.0, son un recurso al que no sólo las empresas tienen entre sus estrategias para mostrar sus productos, sino para otros propósitos como el desarrollo de empleo para escritores o interesados, el posicionamiento estratégico en buscadores e incluso, incorporación de datos a la web semántica o Web 3.0.
Los proyectos Web 2.0, son imprevisibles en sus resultados, porque dependen de muchos factores, pero en todos los casos de quién más dependen son de sus concurrentes, del nivel de interés de los mismos, del tipo de temas en discusión, de la idoneidad de los participantes, del propósito en los comentarios, y de algo fundamental: el movimiento de los post, ya sea por comentarios positivos o negativos.
En ese último ítem es donde funcionan los llamados Bloggers, que como ya comenté en el artículoEscritores, se necesitan, son los encargados de dirigir el tránsito y de aumentar el flujo de comentarios, de dirimir cuestiones de malos entendidos.
Siempre habrá una discusión inconcluyente sobre si ese puesto se puede llevar adelante con el método maligno, asumir el rol del Troll, o con el método positivo: atenuar peleas, tratar de consensuar, moderar sin que se note la moderación.
Parece ser que la mayor participación a la larga es la intervención positiva, el método Troll, es de corto aliento con resultado a corto plazo pero sin efecto en el tiempo a largo plazo.
No creo que sea necesario demostrarlo, ya los que participan en redes sociales, que se encuentren leyendo este artículo, seguramente han vivido la experiencia.
Sin embargo, queda algo subyacente que molesta un poco a algunos usuarios, aquellos que desean participar, pero que se muestran reticentes a la hora de elegir el interlocutor, más que los temas, debido a la sospecha de que pueda ser un falso interlocutor.
En este sitio, hubo el sonado “(k)caso Oliverio”, con el que muchos se desilusionaron debido a que pensaron que tal vez sus intervenciones eran falsas, ya que por razones que no importa comentar, se llegó a descubrir que era el protagonista del típico nuevo empleo, el Blogger.
Sin embargo, tengo ganas de compartir algunas señales respecto al rol de estos personajes que quizás les interese.
Estos empleos tienen como condición, el hecho de “saber” tratar al comentarista o a los posteadores, generalmente difunden algún producto o sitio al que instan a visitar, y realizan pobres y repetitivos comentarios en post ajenos que no suelen aportar mucho, sino solamente disfrazar sus presencias como uno más, una frase, generalmente poca conversación, sólo apoyos leves o sin mucho compromiso.
Si desea saber cuáles son algunos de los indicios que este tipo de participante presenta, son sencillos, estas personas están contratadas para postear regularmente, se les paga por cantidad de palabras en determinado tiempo, de manera que para sostener ese empleo, hay que tener algo insertado con regularidad, por ello uno de los indicadores es el hecho de copiar y pegar asiduamente sobre determinados temas, con el que se comienza a asociar al falso participante.
Claro que es de público conocimiento que hay varios en toda red social que implementa este tipo de actividad, esto no es una acusación, claro, es un señalamiento.
Uno de los trucos que todo buen participante puede utilizar para desenmascararlos, si lo desea, es simplemente realizar sugerencias sutiles, a veces irritantes en sus post, si la reacción no se hace esperar y es mayormente de indignación, retruques groseros, rechazo, u otras formas de respuesta agresiva, probablemente no sea un falso posteador (aunque luego de este post, quizás eso cambie).
Luego están los pagos por empresas que no son propias de la red social. En ese caso, hay varios métodos; uno es copiando sistemáticamente textos del sitio target, colocando la fuente, que no es otra cosa que un vínculo al sitio. Este tipo de método es bastante contratado por empresarios poco informados sobre la metodología de clasificación de los buscadores, que por el contrario, penalizan la práctica de cortar y pegar retirando a esos sitios de la pelea por el posicionamiento, y por lo tanto el vínculo queda sin efecto como vínculo calificado, en otros casos le es imposible al empresario detectar los artículos que contrata que en realidad son copia de otros, los cuales aparecen sin firma del real autor, o sin referencia de fuentes, en cuyo caso lo que le pasa es que ha contratado inocentemente a alguien deshonesto.
Sin embargo hay un método simple para desenmascarar estos impostores, basta con colocar una parte del texto sospechoso en el Google, entrecomillado, y verá que aparece en cientos o miles de sitios, lo cual ya es de sospechar que puede ser una copia, sin embargo aún es insuficiente, porque puede pasar al revés, que sea copia del original contratado, por ello es relevante comprobar la fecha de los artículos que se encuentran, si son posteriores a la fecha del contratado, entonces se puede quedar tranquilo, los robot, hacen lo mismo, verifican las fechas de los artículos el de mayor antigüedad es el beneficiado.
Otro método, y el más usual, por no ser copia de ningún sitio es el que elije decir explícitamente: “prueben este producto”, “vayan a leer tal blog”, “miren lo que encontré en la red…”, “estuve aquí y me divertí…”, etc.
Hay otros indicios más sutiles, pero que no son tan comprobables y que probablemente forme parte del acervo de prejuicio que aunque una no quiera admitir siempre tiene incorporado; como el hecho de tratar de ahondar en el tema supuesto de difusión y encontrar elisiones en la respuesta, incoherencia, lecturas que intentan tergiversar las respuestas, o desviar el tema; en otros casos, personas que sostienen un discurso en el post, pero que con un somero análisis de las respuestas demuestran lo contrario de lo que supuestamente apoyan, lo que lo muestra claramente ajeno al propósito de la nota que difunden.
Hay un caso aislado que aparece algo invisible, porque cuesta establecer su propósito y se refieren a usuarios que pegan permanentemente información de otros sitios, sin filtro ni propósito aparente, más que la presencia por saturación, copian pequeños párrafos de diarios, sobre un mismo tema, durante varios días puede verse el tema una y otra vez, con variaciones, se supone que son técnicas para crear conciencia; se basan en un viejo concepto de marketing de saturar la visual de los participantes, aunque no lean el post, pero se establece familiaridad con su presencia.
En algún momento, por alguna razón, que generalmente será de coincidencia, un lector encuentra el tema en un medio externo, en la calle, en conversaciones y retorna a su conciente lo que ya se había establecido en el inconsciente, y de este modo, sin resistencia, ingresa al tema colocándolo en convivencia con otros y de ese modo el mensaje comienza a actuar, con una penetración sencilla, sin ruido, sin rechazo y sin provocar las exaltaciones con que se enfocan ciertas campañas de shock al lector.
Este tipo de estrategia se nota porque no hay intervención del autor, generalmente no mostrará su nombre y no hay opiniones o elaboración del tema o las ideas, sino copia de información fría, sin análisis, como una invocación regular, sin ningún otro contacto con el resto de los participantes.
También hay cierto tipo de personaje que utilizando el lenguaje coloquial, y administración de comentarios en los que incluye modelos de discursos dominantes, nombre de moda, personajes de moda, realizan comentarios en determinados post, donde detectan que hay alguna disminución en la participación, sobre todo si el autor es persona polémica o que ha generado la atención de ciertos lectores por alguna razón, ya sea de cantidad en la participación o de calidad de los post o simplemente por exhibir un desenfrenado flujo de comentarios a favor o en contra en determinados temas.
En fin, son pequeños indicios a los que se entregan lectores como yo, que con un sesgo literario pretende emular a detectives famosos en la búsqueda de pistas, podríamos decir una forma de lectura que se empeña en analizar los contextos; en mi caso, tal vez una deformación de profesión, el afán de la investigación.
Alguno podrá opinar que artículos como este, generan confusión y sospechas que tal vez arruinen el clima en el que cada uno cree estar inmerso, en donde desarrolla una actividad de esparcimiento, al cual no le interesa definir por su finalidad, y a ese le digo: para mi la cosa, sigue igual, ya anteriormente - y creo que subyace la avería - que la situación de ignorancia de estos hechos han provocado más daño que si se supiera más sobre estos mecanismos.
Por otra parte, pienso que hay que tener un poco de compasión con el trabajo ajeno y dejar que prospere el que puede hacerlo, realizar acciones de evasión me parece irrelevante.
De la madurez emocional de los participantes dependerá que se pueda seguir disfrutando de escribir y de leer, sin que importe a qué intereses responde cada hecho o comentario, en definitiva, los proyectos Web 2.0, no hacen otra cosa que revelar que hay una necesidad integral de compartir, aunque sean agresiones, porque para el hombre, en particular, como lo expresaba el famoso etólogo Konrad Lorenz, la agresión es un componente biológico imprescindible como medio de supervivencia, sin la cual el hombre jamás hubiera evolucionado.
