¡Hola, gente!
Si sos como yo, que en plena crisis económica te la pasás chequeando ofertas online mientras pensás si vale la pena el riesgo, este artículo te va a interesar. Hoy quiero charlar sobre el mundo del e-commerce en Argentina, ese universo digital donde podés comprar desde un par de zapatillas hasta un electrodoméstico sin moverte del sofá.
Pero el tema central es uno picante: ¿la desconfianza que mucha gente siente al usar estas plataformas es más grande que el boom de ventas que estamos viendo? Para meterle un poco de datos reales, voy a tocar el dolor de cabeza de los paquetes que entran por aduana, porque en nuestro país comprar del exterior es un deporte extremo con retenciones y trámites. Todo basado en números verídicos de fuentes confiables como la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) y Statista, nada de inventos.
Vamos a desglosarlo de manera relajada, como si estuviéramos tomando un mate.
Primero, pongámonos en contexto. El e-commerce en Argentina no es nuevo, pero explotó como loco durante la pandemia. Imaginate: en 2023, según el Estudio Anual de CACE, las ventas online facturaron unos 7.829 millones de pesos, con un crecimiento del 175% comparado con 2022. ¡Eso es un montón! Y no paró ahí. Para 2024, el salto fue aún más bestia: facturación de 22.025 millones de pesos, un 181% más que el año anterior, superando por 64 puntos la inflación del 117,7%.
Estamos hablando de 246 millones de órdenes de compra en 2024, un 5% más que en 2023, y más de 504 millones de unidades vendidas. El ticket promedio subió a 92.341 pesos, un 176% arriba, porque todo se encarece, pero la gente sigue comprando. ¿Por qué? Porque es cómodo, hay descuentos y, en un país con inflación galopante, comparar precios online es como tener un superpoder.
Mirá, solo en el primer semestre de 2024, el e-commerce creció 248% en facturación interanual, llegando a 8.556 millones de pesos, con 102,7 millones de órdenes. Y no son solo números fríos: más de medio millón de nuevos compradores se sumaron en 2024, y 9 de cada 10 argentinos ya compraron online alguna vez.
Según Statista, en 2022 había 27 millones de usuarios de e-commerce, y para 2027 se esperan más de 35 millones. En América Latina, Argentina es el tercer mercado más grande, con proyecciones de 51.100 millones de dólares en ventas para 2026, creciendo al 22% anual.
Los rubros estrellas son indumentaria (que creció 11% en transacciones), turismo, alimentos y tecnología. Y ojo, el 80% de las compras se hacen desde el celu, porque ¿quién tiene tiempo de sentarse frente a una compu?
Pero acá viene lo jugoso: la desconfianza. Sí, existe, y no es para menos en un país donde te clavan un impuesto por cada esquina. Un estudio global de Puro Marketing dice que el 54% de los clientes abandonan el carrito por dudas sobre el sitio o el pago. En Argentina, según Statista, más del 65% de los internautas chequean opiniones y reseñas antes de comprar, porque nadie quiere caer en una estafa.
Y en el Estudio Anual de CACE 2024, 5 de cada 10 personas dijeron que compraron del exterior por primera vez en los últimos 6 meses, pero no sin miedos: demoras, fraudes o productos truchos. Otro dato importante: el 70% prioriza el precio, pero el 13% valora la comodidad por encima de todo, aunque la desconfianza frena a muchos.
En foros y redes, la gente se queja de sitios fake o entregas que nunca llegan. Pero, ¿es tan grande como para opacar las ventas? Para mí, no. El crecimiento del 181% en 2024 dice que la confianza neta está ganando terreno. La digitalización ayuda: 8 de cada 10 adultos son compradores online, y el volumen alcanzó 33.000 millones de dólares en 2024, con proyecciones al 14% anual hasta 2027.
Ahora, el elefante en la habitación: los paquetes que entran por aduana. Comprar del exterior es el sueño americano (o chino, vía AliExpress), pero la AFIP y la Aduana lo convierten en pesadilla.
Hasta diciembre 2024, el límite por envío courier era 1.000 dólares, con una franquicia de 50 dólares para las primeras 12 compras al año (exenta de aranceles si no superaba eso, pero pagando 50% del excedente más IVA al 21%). Si el paquete valía más, quedaba retenido: tenés que declarar, pagar impuestos (derechos de importación 0-35%, IVA 21%, tasa de estadística 0,5%) y esperar revisión.
Muchos paquetes se pierden en el limbo aduanero por subdeclaración o prohibiciones —nada de armas, drogas o comida perecedera—. Datos verídicos sobre cantidades: no hay un conteo oficial público de AFIP para 2023-2024, pero basándonos en reportes indirectos y el crecimiento del e-commerce cross-border, se estima que entraron millones de paquetes.
Por ejemplo, en 2023, las compras internacionales representaron el 8% de las ventas online totales, según CACE, lo que implica unos 18-20 millones de órdenes desde el exterior (de las 234 millones totales). En 2024, con 246 millones de órdenes, el cross-border aumentó un poco, pero las retenciones afectaron: se calcula que el 20-30% de los paquetes courier son retenidos por Aduana por exceder límites o documentación incompleta.
Plataformas como Mercado Libre reportan que en 2023, solo en su sección internacional, se procesaron más de 5 millones de envíos, pero miles quedaron trabados en aduana con demoras de hasta 30 días.
En noviembre 2024, el Gobierno subió el límite a 3.000 dólares por envío y la franquicia a 400 dólares (solo IVA, sin aranceles), vía Decreto 1065/24 y Resolución 5608/24 de ARCA. Esto debería reducir retenciones en un 40-50%, estiman expertos, porque antes, con el cupo bajo, mucha gente desistía o compraba solo local.
En mi opinión, la desconfianza no supera las ventas; al contrario, las impulsa a mejorar. Sí, el miedo a la aduana frena a algunos —imaginate esperar un mes por un gadget y que te cobren 200 pesos de impuesto extra—, pero los números muestran que el e-commerce crece por encima de todo.
El 76% paga con tarjeta de crédito confiando en la seguridad. Y con cambios como el nuevo límite de 3.000 dólares, se democratiza más. La gente desconfía, pero compra igual porque las opciones físicas son caras y limitadas.
En 2024, el canal online representa el 18% de las ventas totales de las empresas, subiendo 3 puntos respecto al 2023. Para el futuro, con IA recomendando productos y entregas más rápidas (33% en 24 horas), la desconfianza bajará aún más. Pero ojo, el Gobierno tiene que simplificar aduanas para que no sea un freno.
En resumen, el e-commerce en Argentina es un motor imparable: 22 billones en facturación en 2024, millones de paquetes entrando (aunque con retenciones que duelen), y una desconfianza real pero que no para el carro.
Si sos de los que duda, probá con sitios locales como Mercado Libre primero. Al final, en este país loco, comprar online es como apostar: riesgoso, pero ganás más de lo que perdés.
¿Vos qué pensás? ¡Contame en los comentarios!