El desequilibrio entre publicidad y servicio ha hecho declinar el efecto de convocatoria de usuarios para convertirlos en clientes.

El problema no es de Google, es de todas las empresas que, mediante la propuesta de uso gratis, capturan usuarios para venderles productos.

Las acciones con las que las empresas de usuarios masivos han reaccionado, no sólo no dan el resultado esperado, sino que a algunas se les ha vuelto en contra.

Ante la falta de resultados que las empresas que apoyan los productos Google, Facebook, Twitter, las líderes en cantidad de usuarios, han comenzado a abandonar esos servicios ante la falta de resultados.

El primer planteo de las empresas fue que en la cantidad de usuario, filtrar por los probables clientes, era necesario, ya que el gasto de tiempo, administración de los usuarios que no serán clientes volvía inadecuado el medio publicitario.

Los gigantes respondieron, en una primera instancia, de la misma manera, implementaron políticas de afinar el perfil, solicitando datos sobre preferencia, gustos, y todo tipo de registro sobre la vida particular de los usuarios, disfrazando de “mejor atención”, a la particularidades, sin que el subterfugio haya resultado beneficioso; los usuarios, advertidos de la maniobra que entendieron más como una invasión a la privacidad, no apoyó en la forma que se esperaba la propuesta.

El usuario se vio invadido de publicidad indeseada que le impedía prestar atención a lo importante, la razón por las que se sumó a las redes sociales, por ejemplo, la relación con sus seguidores, sin interferencias del software, que ahora hasta decide qué debe ver, a quién sugieren, qué productos le viene bien comprar.

Sin muchos resultados, apareció un problema del que los gigantes preferían no hablar, el anonimato.

Una de las razones por las que no se puede detectar al cliente, es porque no se conoce ni si sexo, ni edad, ni siquiera si es clon de otros, si es empresas, no se conoce más que lo que el usuario esté ofreciendo como pistas, y dado la saturación de publicidad, el nuevo usuario, advertido de la situación suele esconderse detrás de alias, o con actividades que no se pueden detectar.

Facebook, respondió con una de las políticas más controvertidas que lejos de ayudarlo, lo hundieron más, implementó una obligatoriedad de ofrecer datos de personas reales, e incluso impuso políticas de seguridad que obligan a los usuarios a conocer caras que nunca vieron, ni les interesa, a saber quiénes se asocian a ellos, lo que fue contraproducente en la acción principal: mientras las empresas invierten en que la sigan en las redes sociales, Facebook impuso políticas que boicoteaban el libro proceso.

Las consultoras sobre posicionamiento en buscadores se llenaron de solicitudes para dejar de usar Facebook, que sumado a los pocos resultados, ahora imponía reglas imposibles de seguir.

Importantes empresas con una cartera de clientes importantes, conseguida con mucho esfuerzo y tiempo, en Facebook, se vieron de repente sin nada, debido a que un día Facebook les pidió que para seguir operando debían reconocer nombres y personas que los seguían, en la mayoría de los casos empresas con las que ha intercambios de información sin que se sepa qué cara hay detrás.

El abandono de las empresas a Facebook no se hizo esperar y por el momento no se han generado acciones que inviten a esas empresas a volver.

Las políticas de Twitter, por ahora, en alza, por el contrario, estimula la participación, y el libre uso, por lo que es una de las redes que crece, pero que aún no ha encontrado la forma de sortear el mismo problema que tienen el resto, aunque mejores políticas de filtro, y libre seguimiento, sin condiciones de seguridad molestas, les queda el desafío de encontrar un método que la haga imponerse como producto para vender publicidad.

Algunos SEO posicionamiento indican que la razón es que el uso pertenece aún a una población de jóvenes, con menos capacidad adquisitiva que se tiene que repartir en los muchos estímulos que la variedad de publicidad permite.

El Twitter a su vez, por ser una aplicación que actúa sobre dispositivos móviles tiene la contra de la conexión paga, que se suma a la idea de aprovechar la conexión para el contacto y no para mirar publicidad.

Finalmente, la más controvertida de las acciones, son las aplicaciones de Google, para la cual ya se han planteado diferentes sistemas AdBlockers, el intento de bloquear la indeseada publicidad.

El problema que asola a las aplicaciones es que los usuarios cuentan con otros sistemas para cubrir las mismas necesidades, el principal problema, para los buscadores, es que Chrome, el navedaor insignia de Google, ha dejado de ser el más usado, Firefox logra imponerse por factores que tienen que ver, precisamente con la visibilidad con el Chrome abusa de los procesos de control sobre el usuario, cuando el software es parte y juez en la selección del contenido que debe ver el usurario, y además lo incita con publicidad, el equilibrio, era fácil percibir, no podía no llegar.

Controlar lo que el usuario debe ver, por elección del usuario, es una cosa, obligarlo es otra.

Microsoft por su parte, no parece encontrar su rumbo de líder, cometió el error de tratar de imitar el entorno que le pareció exitoso, el de la Apple, con ventadas flip y complicándole el entorno al ya usuario capturado por años con su entorno Windows que no recibió bien el mecanismo de la tiendita, que lo obligaba, otra vez, a soportar publicidad indeseada, y ahora con un entorno artificioso, que imita a otros.

Rectificó rápidamente saliendo al mercado con su Windows 10, en el que se atenuó el efecto negativo de la versión 8, pero, incurriendo en la misma práctica con su navegador Microsoft Edge, que aunque informa que se puede personalizar, obliga al usuario a ver información no solicitada, tal como Google lo hizo en su momento, colocándole noticias de las empresas que pueden pagarle a Google, ante lo que ha desatado un vendaval de consultas a las empresas de diseño web con la cuestión sobre cómo configurar que las noticias que se espera poder elegir.

Las encuestas indican que la mayoría simplemente consulta cómos sacar esas noticia y abrir el navegador limpio, pocas, cómo configurar las sugerencias, para lo cual aún no hay respuestas.

La puerta está abierta para los creativos publicitarios que aún no logran acomodar sus propuestas al ya saturado mercado de propuestas.

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Ana Abregú.