Ya los medios se dieron por aludidos que el método del Tinellismo ha venido para quedarse, y además es efectivo.
El producto, no importa, lo que importa es el barullo que se pueda organizar a su alrededor.
El método más productivo es generar una noticia, si nadie la lee, se publicita una sospecha sobre ella de alguna malintencionada mano negra.
Está de moda culpar a los hackers de cualquier invasión, y además,
se obtiene con ello una propaganda diferente, pero la misma, se aprovecha para desparramar, más efectivamente la misma noticia, ahora supuestamente verdadera ya que los hackers se toman el trabajo de intentar bajarla.
La fantasía del hacker propio ha pasado a ser de uso comercial.
Lo que es curioso, porque si hay alguna actividad que es silenciosa y que no se casa con nadie es la actividad hacker.
Se confunden subterfugios o daños de diversa índole con esa actividad.
Cómo se le llame a la actividad, no reviste importancia, pero sí el hecho mismo.
El truco es sencillo, se saca una noticia contra algún grupo, se da de baja la nota, y se coloca, con un poco de imaginación, alguna consigna típica hacker del estilo: esta página ha sido hackeada, e incluso de agrega alguna consigna apuntando a algún otro grupo.
Y ya está.
Será suficiente para que al día siguiente, la noticia esté en todos los otros medios, tv incluso, y se culpe al grupo de oposición de turno.
Es el método que vienen implementando tanto Clarín, como La Nación.
Es extraño, pero, parece dar resultado, ya que muchos medio replican el ataque, dándolo por confirmado, cuando si hay algo que precisamente no se puede confirmar es el autor de un hackeo, sin embargo la ingenuidad de los lectores de esos medios es un producto muy bien administrado.
Esos medios saben que sus lectores les creen.
Es un sinfín de noticias falsas que les meten, sin confirmación posible y que esos lectores aceptan como si fueran verdad.
Habrá que ver que el truco no se les vuelva en contra, estas cosas comienzan, pero las consecuencias, suelen ser incotrolables.
Hace unos días, supe que este mismo medio fue atacado, me consta que fue real el sitio estuvo fuera de línea casi dos días, exactamente coincidiendo con un post mio sobre Clarín.
Sin embargo no apareció en ninguna parte queja o publicidad al respecto, porque ya se sabe que pudo haber sido cualquier otra situación.
Lo mismo le cabe a los medios masivos como Clarín y La Nación, con la diferencia que esos usan a su electorado como si fueran niños a los cuales les meten cualquier argumento.