Si hay algo que me gustó de la presidenta, fue cuando ocurrió lo del caso Wikileaks, fue la única que o hizo declaraciones, mostrando con ello algo fundamental: no darle entidad a chisme de mails.
No se dio por aludida y con ello, nadie pudo atacarla, comentarlo, ni tan siquiera rozarla.
No sé por qué, en el caso de Darín, no siguió la misma política, que tan buen resultado le dio en ese caso y en tantos otros.
Mientras que muchos le critican no contestar críticas, o hacerlo en discursos soslayados mediante eufemismos, pero mayormente abocándose a lo suyo, en el caso Darín, la traicionó el cholulismo, y debe admirar tanto al actor que le dio entidad.
El asunto quedó bastante desbalanceado, desde varios puntos de vista, Darian es amado, admirado, envidiado casi unívocamente.
En la carrera de votos, Darín se los lleva todos, no sólo porque es un buen actor, sino porque se lo conoce como una persona a la que el estrellato no se le subió a la cabeza, de buen humor, respetuoso y difícilmente se le conozca agachadas.
No se puede enfrentar a lo que va en camino de ser leyenda con un simple puesto de presidenta por unos años, por más que haya realizado buenas obras, que le concedo a este gobierno.
Es paradójico que mientras la presidenta ha hecho mucho por los pobres, y Darín, se ocupa, aparentemente de algunos mensajes ecológicos, sea Darín el gran triunfador de este round que no benefició para nada el ya maltrecho prestigio de la presidenta cuya capacidad de relación con los otros poderes está en duda.
La relación de la presidenta con los medios más pobres, es clara, su intención es favorecerlos y lo ha logrado, pero como bien dicen, no se puede realizar tales proyectos sin sacar de algún lado, como de los poderosos no pudo, o no los mella aún, desfavorece a la clase media, que como siempre es la que resuelve lo económico, para los de arriba y los de abajo.
Pero los artistas, ¿en qué estadio están?, ¿Darín está arriba o abajo?
Los artistas no tienen escalones, el arte no necesita clasificaciones, ni se ajusta a los modelos de relación económica de explotación y explotado, se sostienen con lo que la mayoría carece: con talento, de manera que no se les cuestiona de dónde tienen lo que tienen, ni a nadie se le ocurre cuestionarlos sobre dónde lo obtienen, todos lo saben.
El error de la presidenta, y no es el único caso, es que no le salen bien los comentarios irónicos agraviantes.
Le pasó lo mismo en Harvard, cuando creyó que el estilo campechanismo, que nadie le cree, era adecuado para descontracturar una reunión que debió tener más solemnidad y seriedad que comentarios eufemísticos que la dejó tan mal parada frente a jóvenes imberbes.
Con Darín le está pasando otro tanto, pretendió hacerle una advertencia, usando el mismo tono irónico, mal asesorada. Le salió el tiro por la culata, le rebotáron las bajas a Darín y se le volvieron en contra.
Ahora, podría el actor tranquilamente hacerle un juicio por difamarlo, no eran ciertas las acusaciones que difundió la presidenta en su carta. Ahora tendría que echar a algún asesor.
Darín es serio y consecuente con sus ideas, porque no necesita otra cosa más que su talento, no necesita tener “agachadas”, como se le conoce a otros actores, que aunque hicieron mucho dinero, no tiene ningún talento.
Como sea, este traspié, no es el único, la presidenta cree que el estilo Nestor le sirve, y le queda no sólo falso, sino que impostado como un guión de un mal actor.
Lo que podría hacer ahora, es tomar clases con Darín, a ver si aprende, además de modales, un poco de verdadera actuación.