El fantástico pelo de las modelos que salen en los anuncios o las revistas de peluquería a veces crean en nosotros expectativas, quizá, un tanto elevadas respecto a cómo nos gustaría tener el pelo. Al fin y al cabo, no se puede tener un pelo recién salida del salón de una peluquera todos los días. Sin embargo, aunque esto sea cierto en cierto modo, sí que podemos aspirar a que sea verdaderamente sedoso y brillante, y a que esté tan sano y fuerte que las puntas no se abrirán fácilmente y no sufriremos de una manera demasiado marcada la siempre temida caída del cabello. Clave para conseguir este anhelado objetivo es tener una buena rutina de cuidado, una que nos tomemos en serio y con responsabilidad y que practiquemos cada día. Pero con eso no basta, necesitamos invertir en buenos productos. Por ejemplo, un buen champú natural de pelo graso o seco.
Este ejemplo es solo uno de los muchos que podemos poner respecto a la gama de productos para el pelo elaborados sobre una base de ingredientes naturales; esto es, sin químicos, sin aditivos artificiales, en definitiva sin componentes que, aunque no lo creamos, a largo plazo hacen justo lo que pretendemos evitar: dañarnos el pelo. A esto se le suma que, por regla general, son contaminantes, precisamente debido al funcionamiento general de las industrias, de modo que podemos afirmar que un champú o un acondicionador natural son, en suma, ecológicos. Ahora bien, sin duda estaremos pensando en el precio, y es normal. Sin embargo, la relación entre el susodicho y la calidad es más que razonable, y nuestro bolsillo encontrará rentable una inversión de calidad que dura y merece la pena desde todos los puntos de vista.
Pero ¿Cuál elegir? Ahí ya entran no solo nuestras preferencias, sino el tipo de pelo que tengamos. No obstante, tanto para cabellos lisos y rizados, como de color natural o teñido, largos o cortos, etc., tenemos un catálogo de posibilidades amplias respecto a cualquier buen tratamiento de hidratación para el pelo. Solo hay que buscar el nuestro y probar hasta que, finalmente, demos con el adecuado.