Se entiende que manejar los Drone no es tan inocente como parece, los medios se han ocupado de difundirlos como si fueran chistes sobrevolando mujeres desnudas que toman, o disfrazándolos de brujas o fantasmas y asustando gente por los parques.
En Estados Unidos prospera la idea que hay que tomar alguna medida, ya que es en ese país donde los juicios proliferan como las manzanas del primer pecado.
El Drone, primero como arma bélica, luego como juguete y actualmente en muchas otras aplicaciones más benéficas, como el control del campo o de espacios en edificios a los que no se puede llegar, o en ideas como distribuir pizzas en restaurantes; ya se sabe, si se puede, no faltará el momento en que estemos polucionados de Drone en los cielos, para los que hay un limbo legal en casi cualquier país, aunque a muchos les gusta decir que están prohibidos en tanto no está claro que haya alguna ley que los mencione, simplemente parecen peligrosos, pueden espiar, el precio es prohibitivo, pero ya sabemos que ninguna de esas son razones de la sinrazón del consumo.
En Argentina, se desconoce la situación, pero se dice que está prohibido, sin embargo, no se sabe bien quién lo prohíbe, ni por qué, mientras que en el país de las leyes EEUU está expresamente prohibido en los aeropuertos y unidades militares, no hay mucho más que eso.
En Argentina, le preguntás al que controla el tránsito y pasará dos cosas, dirá que está prohibido aunque no sepa lo que es un Drone y dirá que está prohibido aunque lo sepa.
Si estuviera prohibido, en ambos casos, te ponés a volar un Drone sin preguntar y se pondrá a mirar y a sonreír con ganas de tener el comando, somos lúdicos por naturaleza.
No preguntar es una de las religiones del argentino promedio, sino proceder.
Como sea, en el futuro más cercano, no quedará más remedio que enfrentar la situación, porque aunque la presa peculiar de nuestro país dice que está todo cerrado, importación, negocios, futuro, en la realidad es que hay empresas que los traen desde afuera, pero también empresas que los fabrican aquí mismo, en nuestro país se usan para la vigilar el ganado y la agricultura, sobre todo para estimar los desastres climáticos como la lluvia que deja sin acceso a los vehículos pero que con los Drone se soluciona fácilmente.
Por ahora y a falta de leyes, se me ocurre todo tipo de usos, supe de empresas que los usan para revisar el estado de edificios sin tener que arriesgar la vida de algún empleado teniendo que controlar subidos a peligrosos métodos, colgados del aire.
A propósito de los que se cuelgan en silletas, no sé si observaron, pero hasta para pintar edificios, no se ve ninguna forma de protección, es notable que en las películas extranjeras se ven cascos, anteojos, barbijos, protegen diferentes aspectos que produce el trabajo de pintar, y acá hay pibes con ovelores manchados de pintura y tablas viejas colgados sin ninguna protección, ni para sí mismos, ni para su interior, respirando la pintura directamente.
En fin, que en vez de vender pizzas, bien podrían usarse para pintar exteriores.
Se vienen los Drone, como una vez se vinieron los celulares, habrá que ver cómo hará el estado para regular esta actividad y no provocar colisiones en el cielo o accidentes en la tierra.
En Estados Unidos, donde todo lo exageran, se dice que necesitarás una licencia de piloto para manejarlos. ¿No será mucho?
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